Harinas de maíz Juana y Pan ejemplos de competitividad Vs. Otras marcas
Monarca y Empresas Polar dos Empresas Privadas Venezolanas que producen harina de maíz para el consumo de las familias en todo el país, a la fecha mantienen sus precios a 200 Bs/Kg mientras que el resto de las harinas que forman parte de la red del gobierno nacional bolivariano como Doña Emilia, El Silbón, Los Angeles, Santa Barbara, Demasa, etc venden el mismo producto a 600 Bs/Kg. Porque tres veces más costosa si son apadrinadas por el Gobierno socialista?.
La competitividad en precios es una de las variadas estrategias de la cual disponen las empresas para ganar la preferencia de los consumidores. En este caso Harina de Maiz Juana y Pan son los líderes, lo menos que debe hacer el Estado Venezolano es facilitarle el acceso a divisas oportunamente para que mantengan sus plantas en producción y a tope con su capacidad operativa instalada.
Independientemente de la razonabilidad que explique y defienda lo indefendible lo que sí es evidente es que el nivel de optimización de los procesos de producción y distribución de ambas empresas privadas supera tres veces más a las empresas apadrinadas por el gobierno nacional. ¿Por qué tanto margen de diferencia en precios entre la empresa privada y las empresas bajo el amparo del Estado venezolano?
La competitividad empresarial como parte de la solución al problema de escasez de alimentos
Más allá de la comparación entre las distintas marcas de harina de maíz precocido, lo más importante de señalar es la necesidad de que el gobierno cambie su política de hostigamiento y discriminación hacia el sector privado industrial productivo y llame a sus representantes para ofrecerles mejores condiciones para incrementar su capacidad de producción. Esta crisis de escasez de alimentos se supera con más oferta de productos y más competidores en el mercado.
La estrategia comunicacional de suministros de alimentos per cápita.
Una de las estrategias sugeridas a seguir, como parte del seguimiento y control del suministro de alimentos de primera necesidad hasta superar la crisis, es mostrar las cifras de ventas per cápita de alimentos a la población.
Se sugiere consultar a las ciencias administrativas para diseñar instrumentos eficaces que discriminen ¿cuanto de los alimentos de primera necesidad van directos a los hogares vía LOS COMITÉS LOCALES DE ABASTECIMIENTO PRODUCCIÓN Y SUMINISTRO (CLAP), ventas minoristas y cuanto va al microtráfico de alimentos vía revendedores usureros?.
Los Venezolanos necesitamos información de calidad y un canal directo con el Estado para confirmar si lo dicho es verdad o mentira, pues muchas cosas que se afirman por los medios de comunicación no concuerdan con la realidad sustantiva de los hechos..
La crisis de escasez de alimentos de primera necesidad en Venezuela se puede mitigar con buena gerencia.
Más allá de la crisis de alimentos de primera necesidad, lo mínimo que se le exige al Estado venezolano es: Acceso suficiente para comprar alimentos y productos de higiene personal, ofertas de productos para el funcionamiento de todos los sectores de la economía, una educación de calidad, acceso suficiente a medicamentos, servicios de transporte de primera calidad, carreteras y autopistas en buenas condiciones, seguridad ciudadana, etc.
Con tantas tareas tan importantes que tiene un Estado, el hecho es que parece un error fundamental distraerse en otras responsabilidades como la distribución de los alimentos de primera necesidad. Allí parece estar uno de los más grandes fracasos del gobierno socialista.
Más aún, los hechos demuestran que a la gran mayoría de venezolanos no le gusta la idea de ser mendigo a la espera de que le den o regalen nada, a la sociedad mayoritaria de Venezuela le gusta ganarse lo que tiene.
La sociedad no necesita que le regalen nada, la sociedad lo que necesita es oportunidades de trabajo productivo, y esas oportunidades vienen del desarrollo industrial y empresarial del país.
Es tan cierto esto último, que los tiempos de cambios políticos parecen estar a la vuelta de las próximas elecciones presidenciales del año 2018.
El gobierno de turno aún tiene dos años para reflexionar y corregir su estrategia política, de manera tal que ocurra un cambio transversal de las políticas públicas en las dimensiones económica, social, psicológica, etc.
A la mayoría del pueblo venezolano no le gusta ser mendigo, al contrario le gusta ganarse lo que tiene, cuando eso ocurre las cosas para él tienen un valor significativo.
Los mendigos en Venezuela son minorías, y si es cierto que el Estado debe encargarse de ellos de manera especial. El error es insistir en convertirlos a todos en mendigos del Estado.
Como lo dijo Don Arturo Uslar Pietri: El único país del mundo en que la sociedad vive del Estado es Venezuela, cuando lo correcto es que el Estado viva de la sociedad.
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